La Primera
Siendo adolescente, visitaba la Iglesia Santo Tomas Apóstol de La Trinidad con regularidad, en lo que ahora es el anexo de la Iglesia, fui el primer monaguillo del Padre Jaime, quien no solo fue bien importante en esa época sino que también fue mi primer profesor de ingles! Me hartaba de Hostias sin consagrar!
Participé en un grupo Carismático que se reunía una vez por semana y uno de esos días sentí la experiencia del Espíritu Santo dentro de mi! Comencé a llorar sin control, pero al mismo tiempo reía, sentía una felicidad incomparable e indescriptible, me acuerdo que me preocupaba que mis amigos me vieran llorando, pero el sentimiento calido que tenía por dentro hacia que mi preocupación no me importara, y aunque trataba de explicar lo que me estaba sucediendo no podía, yo creo que ni tampoco quería!
En el camino a mi casa no caminé, esas dos cuadras que he caminado millones de veces las floté, lo único que quería era contarle a mi Mamá, cuando llegué a la casa la busqué, pero cuando comencé a explicarle el sentimiento me abordó de nuevo y ante su preocupación de verme llorando pero con la cara mas feliz del mundo atiné a balbucear que estaba bien, y es que TODO estaba bien, nos abrazamos un ratote y nunca olvidaré ese momento.
La Segunda 
Durante la luna de miel en 1993, visitamos la Iglesia de la Virgen del Valle en Margarita, yo tenía 15 años sin ir a Laisla, entré con Mary y me arrodillé a rezar, Mary notó que yo veía a mi alrededor y me preguntó que pasaba, le respondí que no encontraba La Virgen y ella entonces me la señaló, Pum! me golpeó toda su belleza en ese instante y reviví la experiencia de La Trinidad una vez mas! Déjà vu all over again! Mary se preocupó de verme llorar como un carajito y como pude le expliqué que estaba bien, la alegría que sentía por dentro era tal que mis lagrimas no importaban, ya no tenia 15 años, había madurado un poquito desde entonces y mas bien disfruté mis lagrimas, me di cuenta de que eran para enjuagarme, limpiarme. En ese momento reafirmé mi juramento de amor a La Virgen y nunca me ha dejado. Virgencita Linda, te amo con todo mi corazón!
La Tercera 
Toda mi vida quise ir a Londres, lo soñaba desde que tenía 15 años, no solo porque disfruto las pocas oportunidades que he tenido de viajar, también me atraía que mis héroes del rock eran (son) en su mayoría ingleses.
Me tocó cumplir mi sueño dos semanas después de la muerte de Diana, con mi Mamá de luto y Mary embarazada, apenas iba por una semana así que tenía que organizarme para aprovechar al máximo. Y me la vacilé bien fino!
Entré por Heathrow y salí por Gatwick, conocí Trafalgar Square y sus leones, las tiendas de CDs en Piccadilly Circus, en Oxford Street me di el lujo de comprarle un rubí (rubicito) a Mary, el Támesis, The Tower Bridge, The London Bridge, Big Ben, La Abadía de Westminster.
Recuerdo que se me salió el indio apenas llegando, el taxista que me lleva del aeropuerto al hotel agarra y se mete por Queens Park, a los 2 minutos que estamos atravesándolo veo un venado, ahí, libre como si nada, le pido que por favor baje la velocidad y le tomo una foto, a los 20 metros otro venado y al salir había visto como 6 mas! hahaha, que risa!
El cabby me explicó que esa era una zona súper protegida, pero igual!
Aunque la mejor manera de conocer la ciudad es montandose en los autobuses de dos pisos, porque un guía te va comentado los lugares de relevancia y su historia, te bajas donde quieres y te subes donde quieres, tienen varias rutas, esta El Metro, por Dios! The Underground ó The Tube es una experiencia única, me bajaba en Moorgate para ir a Britannic House, donde están las oficinas de BP, me vacilé la locura de Victoria Station en hora pico, que Plaza Venezuela ni que nada! como en esa época había platica, le compré sus teteros Avent a las morochas por nacer!
Dos días me quedé en una posada Victoriana en Richmond, en las afueras de Londres y me iba en tren, recuerdo los desayunos y las bolsitas de musli que me agarré para Auchi.
Yo no se si era por que estaba excitado y sensible por el viaje, por todas las experiencias y cosas nuevas, cuando visité la Catedral de St. Paul, mi Mamá me había dicho mil veces que ahí se casaron Lady Di y Carlos, fue el momento más mágico que viví, cuando entré me sorprendió la majestuosidad, estaban interpretando cantos gregorianos y juro que casi se me sale el alma del cuerpo, cerraba los ojos por momentos y sentía que flotaba, no exagero, abría los ojos mientras toda mi piel se erizaba, asustado y confundido (tenia 38 años!) por lo que me sucedía, trataba de grabar todas las imágenes en mi cerebro para que me acompañaran para siempre y después me seducía la experiencia de cerrar los ojos y dejarme llevar de nuevo! Siempre pienso que si hubiera estado con mi Mamá los dos hubiéramos hablado en lengua! Fue muy intenso!
Mind the gap!
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